En este blog quiero compartir las herramientas de sabiduría más poderosas, sencillas y efectivas que he podido conocer, tomadas de Escuela de Magia de Gerardo Schmedling.
1. ACEPTAR
Acepto que todo lo que ocurre es neutro y necesario, renuncio a intentar cambiar a los demás y, en su lugar, trabajaré sobre mí mismo, renuncio a luchar y a tratar de modificar el orden perfecto del Universo y sus procesos necesarios, y sobre todo, a tratar de interferir con las experiencias de vida de las demás personas.
2. ASUMIR
Asumiré el resultado de mis decisiones y de mi experiencia de vida. Asumiré que mis pensamientos, sentimientos y emociones los genero yo mismo y no lo que sucede a mí alrededor, ni mucho menos lo que piensen, digan, hagan o dejen de hacer los demás. Renuncio a culpar a nada ni a nadie por lo que me suceda o deje de sucederme. El culpable no existe.
3. ACTUAR
Actuaré con total eficacia y serenidad ante cualquier circunstancia que se presente, dando lo mejor de mí en las labores que me corresponda realizar. Renuncio a agredir de pensamiento, palabra y obra. No agrediré a nada ni a nadie. Tendré absoluta firmeza y lealtad con los acuerdos y compromisos que libremente establezca. El hacer es la clave del tener.
4. AGRADECER
Agradezco todo lo que tengo y todas las situaciones difíciles y dolorosas, porque ellas son oportunidades que nos da la vida para aprender y hacer nuestro desarrollo espiritual. Renuncio a sufrir ante las dificultades, comprendiendo que tienen un profundo propósito de amor para poder reconocer la ley y liberarme de las limitaciones, las dependencias y el sufrimiento.
5. VALORAR
Valoro y disfruto intensamente todo lo que tengo y todo lo que hago. Reconozco que siempre tengo conmigo todo lo necesario, y valorándolo, desarrollaré la capacidad para disfrutar nuevas cosas y relaciones. Renuncio a quejarme de lo que tengo o no tengo. La queja nos hace pobres. La prosperidad es el resultado de la valoración. El que no valora lo que tiene está en camino de perder lo que necesita.
6. RESPETO
Respeto a todas las personas en sus ideas, costumbres, creencias, comportamientos y en su derecho a tomar sus propias decisiones. Renuncio a criticar, descalificar, juzgar, condenar y castigar a toda persona por cualquier motivo, porque comprendo que cada quien hace lo mejor que puede con lo mejor que sabe, y no soy yo quien para juzgarlo. Daré información de sabiduría sólo a quien la pida expresamente o a quien acepte mi ofrecimiento sutil por respetuoso.
Me adapto sin reservas al lugar donde me corresponde cumplir funciones para lograr en él una vida llena de satisfacciones. Renuncio a huir del lugar y de las situaciones que me corresponden vivir. Creer que la felicidad está en otra parte diferente a nuestro interior, es una falsa ilusión.
Espero que hayas disfrutado de este trozo de sabiduría.
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